Oren Juntos con un Corazon Gozosos por P. Slavko Barbaric de Medjugorje

El lector puede sentirse satisfecho por la especial atención que Fr. Slavko Barbaric dedica aquí a un elemento que no abordó en sus libros anteriores: el camino de oración de los grupos de oración que surgieron por iniciativa de la Virgen. Los peregrinos de Medjugorje, del todo espontánea y naturalmente, son atraídos por los videntes que tienen apariciones de la Virgen. Si no saben nada de las “videntes del corazón” específicamente de Jelena Vasilj, quien comenzó a tener la experiencia de la locución interior en diciembre de 1982, podrían perderse una dimensión complementaria e importante de la pedagogía de María en Medjugorje. Esta “locución interior” permitió el desarrollo de un nuevo elemento en la escuela de la Virgen: oraciones interiores, un conocimiento más profundo de la palabra de Dios, un desarrollo más libre de las oraciones tradicionales. La Virgen, por ejemplo, le enseñó a Jelena a rezar el “Rosario de Jesucristo”, que consiste en contemplar algunas de las partes del Nuevo Testamento que no se encuentran en el Rosario tradicional de la Virgen y en la repetición del Padrenuestro y el Gloria, sin el Avemaría. Es un llamado a contemplar la vida de Cristo, un llamado a un desarrollo libre de la oración dentro de lo que la tradición nos ha enseñado durante siglos. Parece que María en Medjugorje abriera dos caras de una misma imagen para responder a las expectativas y necesidades de todos los creyentes, independientemente de su origen, nivel de educación y preferencias espirituales. Para aquellos que ya han dado los primeros pasos en la vida de oración y desean ir más lejos, María ofrece una escuela de oración interior que consiste en escuchar, en atender interiormente, y en el deseo de silencio interior para que puedan recibir un “mensaje personal”, una respuesta a preguntas personales que pueden llegar solo a través de la oración y por gracia del Espíritu Santo. Esta dimensión de Medjugorje debería ser cercana a nosotros, ya que las apariciones en el sentido estricto de la palabra siempre serán ocasionales, mientras que cada cristiano está llamado a prestar atención a Dios para escuchar Su voz que habla en un corazón purificado, tranquilo, abierto y disponible.