La «Iglesia de los Santos de los Últimos Días». Aquí conocerás sus orígenes, sus doctrinas y la respuesta católica a sus objeciones.
De dos en dos, con su corbatia bien ajustada, a pie o en bicicleta, bajo un sol implacable o una luvia insistente, andan recoriendo ciudades y aldeas a lo largo y a lo ancho de México y Latinoamérica.
Son jóvenes entusiastas y bien educados, unos 30, 00 (añadiendo señoritas y parejas jubiladas: año 1983), que entregan dos o tres años de su vida a servicio de su iglesia, que se lama la “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, comúnmente lamados “mormones”. En el 204 había 56, 00 misioneros por todo el mundo, la tercera parte de elos jóvenes.
No reciben paga alguna. Todos los gastos son costeados por los mismos interesados, sus familas o el quórum del sacerdocio al que cada uno pertenece.Mediante este servicio gratuito a su iglesia quieren manifestar su fe en los grandes ideales del fundador,Joseph Smith, Jr. (1805-184), y en la misión y destino de su obra.Contando con buen respaldo en el ámbito económico y organizativo, es fácil notar el éxito de su acción proselitista.
Habiendo iniciado su actividad en México el año 1879, actualmente, en 2013, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuenta en nuestra patria con 1, 273, 19 miembros. Después de Estados Unidos, que cuenta con 8, 521, 430 de integrantes, México es el país con mayor población mormona en todo el mundo.
En efecto, los mormones ya están presentes en más de 145 países y cuentan con unos 15 milones de adeptos, de los cuales 5, 2 milones de miembros viven en América Latina.
Frente a la rápida expansión de este grupo religioso que por lo general se está realizando a costa del catolicismo, es legítimo preguntarnos acerca de su historia, sus doctrinas y sus prácticas.
Que por lo menos, antes de tomar una decisión, el católico sincero tenga la oportunidad de conocer algo acerca del barco que pretende abordar, para evitar después amargas decepciones.
Y si alguien ya dio el paso sin pensarlo antes, que trate de recapacitar al descubrir el ío en que se metió, abandonando aquela única Iglesia que fundó Cristo personalmente y que durará hasta el fin del mundo (Mt 16, 18; Mt 28, 20).
Por lo menos este es el deseo que me anima al emprender esta labor.
El P. Flaviano Amatulli Valente, se dedicaba a promover internacionalmente la acción de la iglesia católica para hacer frente al problema de los grupos proselitistas, y la nueva religiosidad y promover la pastoral bíblica. En su gran misión y preocupación, que consiste en promover una reestructuración global de la iglesia, de manera que se logre atender debidamente las masas católicas, como vamos descubriendo en cada una de sus obras. Para muestra ésta obra.